lunes, 16 de mayo de 2016

LA BANDERA PUERTORRIQUEÑA

I

Hay distintas banderas para simbolizar distintas situaciones. Todos los países tienen su bandera. Hay la bandera de las enfermedades como la del cáncer, las de las caminatas, las de las creencias religiosas. En cada alcaldía hay una bandera que es la que simboliza ese pueblo. La bandera de Puerto Rico tiene una estrella y tres colores: rojo significa sangre, azul paz, el blanco luz. La bandera se debe doblar con el color azul hacia arriba. La bandera se usa en los entierros de los militares y de personas que han sido gran ejemplo para la sociedad. La bandera de los Estados Unidos tiene 50 estrellas y está luchando para conseguir la estrella de Puerto Rico para tener 51 estrellas, si Puerto Rico logra la estadidad. En las alcaldías se iza la bandera en símbolo de luto cuando muere una persona que le ha servido al pueblo. Hay una bandera muy importante que significa paz para la mujer o no más violencia para ella. La bandera es un equipo bien importante; hay que tratarla con mucho amor y respeto, ya que por algún motive nos representa en todos los lugares.

II

Para mí la bandera puertorriqueña es el símbolo de la lealtad a mi país. Me recuerda que somos una estrella que vuela reposada en el firmamento. Me recuerda que le debemos algo a nuestra patria y es hacerla valer libre de la opresión del coloniaje. Me recuerda que también ondea en los fieles que están fuera del país. Especialmente en Nueva York. Allí la gran comunidad puertorriqueña le rinde tributo bailando la bomba y la plena frente a ella. Mas si hablamos de bomba y plena, la isla es testigo de la independencia con que se mueven las caderas y los pies ondeando la falda que le canta a su cuerpo quieto sobre la pared, o vibrando en el tambor del tocador. Es el llamado al patriota para que la defienda dondequiera que esté y vaya. Es como la amapola; la encontramos dondequiera que vamos. Es un eco solidario que vibra en quienes la encuentran. Es una pausa para la reflexión: ¿qué carajo estoy haciendo por mi país? Es una sonrisa blanca que trae paz y confianza en que podemos forjar un mejor porvenir.

III

Recuerdo la primera vez que la bandera de mi país formó parte de mi conciencia. Tenía alrededor de 8 años. Era el principio de la década de los 70 y, para ese entonces, mi madre y mi padrastro eran seguidores del Movimiento por la Independencia de Puerto Rico. Fue una época de mucha represión política en el país; tanto que, poseer o exhibir la bandera de Puerto Rico era razón suficiente para que las autoridades policiacas o los agentes encubiertos, llamados ”Camarones”, rondaran tu casa en los carros fantasmas, como se conocían en esa época. Así que en mi casa siempre estuvieron presentes la bandera de Puerto Rico, la del Grito de Lares y la del Movimiento Independista, la que es hoy la del Partido Independentista Puertorriqueño.

No recuerdo cuál fue el motivo, pero un día me preparé para dibujar la bandera puertorriqueña. Me veo a mí misma sentada en el pasillo con un papel en blanco, un lápiz, una goma de borrar de las que ya no existen y una regla. Al final del pasillo se encontraba la puerta principal de la casa. De ésta, colgaba la bandera de Puerto Rico pero esa puerta nunca se abría... por razones obvias.  Empecé a dibujar.

Tracé primero el triángulo y luego comencé a tirar rayas una detrás de la otra. La estrella la dejé para lo último. Había trazado más de 10 líneas cuando mi padrastro se acercó, observó y me preguntó qué dibujaba. Le expliqué. Sin mediar comentario, se sentó a mi lado. Era un gigante para mí, pues medía 6 pies. Me solicita que observe la bandera. Luego me pide que cuente cuántas franjas rojas y blancas hay. Observo y le digo. También me pide que le indique de qué color es la franja que toca la punta del triángulo. Contesto. Finalmente, se levanta, busca otra hoja de papel y me dice: "Ahora sí sabes cómo es nuestra bandera. La de muchas rayas no es la de aquí y a esa la llamamos “la Pecosa”. Procedí a dibujarla con conocimiento.

Ese día aprendí a dibujar la bandera de mi país. No puedo decir que fue un momento de revelación iluminadora, pero sí fue un instante donde varias semillas en mí comenzaron a germinar. A lo largo de mi vida relaciono a ese evento, procesos de madurez que son ahora principios de vida.

Primero, aprendí a observar los detalles de algo que veía todos los días. Que lo que veo, no necesariamente incluye detalles que corresponden a mi percepción visual. Sin embargo, no debo temerle a mi iniciativa a plasmarlas en otra dimensión. Sólo así veré más allá de mis sentidos físicos. También, germinó en mí la confianza para desarrollar las destrezas que me ayudan a diferenciar lo que nos parece igual y a destacar lo que es único, como la bandera de cada país.

Finalmente, aprendí a escuchar a quienes conocen más que tú, cómo ocurrió con mi padrastro. Aunque cinco años después, tuve que enfrentarlo con un bate para defender a mi mamá de sus golpes y amenazas de muerte. Por ello, tuvimos que huir de nuestra casa en una época donde no existía la frase “violencia doméstica” y mucho menos había un albergue como lo es la Casa Protegida Julia De Burgos. En todo ese contexto de historia personal, ¿qué significa para mí la bandera puertorriqueña? Un punto de partida para hacer y ser en el mundo que me rodea.

IV

Algún día pasará; mi bandera flotará en lo alto sin compañía de la pecosa; sí, la de los yankees. Los que una vez al mes mandan par de pesos y se creen que son la gran cosa. Cuando lo que es malcriarnos y hacer de nosotros unos recostados. Yo digo no, coño, que no; que la estrella puertorriqueña no cabe en la americana. Azul, blanca y colorada y en el medio una estrella, qué bonita bandera es la bandera puertorriqueña. Alcemos nuestros machetes, nuestras manos, que venga la agricultura, la recolección, trabajo de aquí para aquí, si sobra, pá fuera. Basta ya eso de que a los 18 años no hay para trabajar y le pase como al tío Sam y fue a parar allá en Vietnam y regresó en una caja con la bandera americana. Se ganó y que una medalla, la democracia fue saciada. Si otros pudieron, nosotros podemos también. Hay que juntarnos como uno solo; hay que vivir por la patria y para la patria. Yo quiero mi isla libre sin la sombra de los grandes tiranos: “los gringos”. Que viva, que viva Puerto Rico, libre; libre de opresión y de humillaciones por $130.00 pesos al mes. Hay que trabajar y ganarse las cosas con el sudor de la frente, trabajar por lo que se quiere. Espero poder ver mi bandera flotar en lo alto sin la pecosa al lado para que brille con luz propia en lo alto, muy alto.

V

Ondea, ondea…cuando mi bandera ondea, a mí orgullo me da

Sabias palabras y ritmo de Don Tite Curet Alonso. Descubrí ese respirar profundo que llena de oxígeno inmortal criollo mis mortales pulmones, pero también el orgullo y honor de en un fuerte susurro poder gritar al viento…

Traigo sangre borinqueña, soy hija de las palmeras, de los llanos, de los ríos y del cantar del coquí

Mil gracias a mi tío Moisés Rosa Ramos (padre y prócer en mi historia puertorriqueña), porque él se encargó de darme un abrazo, un beso, una llamada, un suave pero firme regaño cuando me lo ganaba… porque mi padre, Ramón L. Giusti Ortiz en ese entonces entendía que todo lo antes descrito era símbolo de debilidad. En mi familia, como en la gran mayoría antes y hasta el sol de hoy, unos son más “PNP” que la palma y Don Luis A. Ferrer y otros, por el contrario, son más “PPD” que Don Luis Muñoz Marín y la pava…

Pero la vida sigue su curso y alguien descubre ese perfume, diferente, limpio… curiosidad ingenua que lleva a “otra verdad”… Comenzó a crecer en mi “Prócer”, Tío Moisés, al ir al Seminario Evangélico a buscar y saciar su fe, también encontró la oportunidad de leer, estudiar, confrontar, verificar fuera del barrio, del hogar, lo que le habían enseñado en la escuela, en el templo. Retó la historia que nos enseñan…amañada a lo que quieren se sepa y cómo se aprenda. Qué muchos hubo antes que Tío Moisés, que retaron lo que se veía a simple vista y diferente en el horizonte; patriotas desterrados, otros en lo oscuro del clandestinaje: una diáspora diferente que nos regala desde fuera de la Patria un 22 de diciembre del 1895, la bandera que acogimos, abrazamos, amamos y es nuestra.

Mi bandera hace que mi pecho se ensanche. Me hace vibrar, me emociona hasta una sonrisa con lágrimas, con garganta ahogada en orgullo, poder ondearla al viento y gritar, “¡¡¡Puerto Rico!!!”. Ver a un pueblo que aún lo siguen carpeteando solo por llevar su bandera en donde más importa y nadie puede quitárselas, nadie puede quitármela: en mi alma y corazón. Quién pudiera ser atleta que luego de luchar “a mano pelá”, que dan el máximo sin recursos, sin ayuda, pero con la frente en alto, de frente al mundo y no temen soltar un grito genuino, puro…¡¡Yo soy boricua…Pa’ que tú lo sepas!!

La tierra de Borinquen donde
he nacido yo…es un jardín florido
de mágico primor…

Pero según alguien me cuenta,
dicen que la luna es una…
Sea del mar o sea montaña…
2 ‘y así le grito al villano…
“¡¡¡Yo sería borincano aunque
naciera en la luna!!!” ’ 2

Ondea, ondea, cuando mi bandera
ondea, a mí orgullo me da...

VI

Borinquen… ¡¡¡Sí, Borinquen!!! que significa “tierra del altivo y valiente señor”, en la cual habitaron los arcaicos, los igneris, los huecoides, los pre-taínos y los taínos. Estos últimos tenían moneda, sistema de gobierno, idioma, capital, el nombre de su isla gentilicio… ¡¡¡Boricuas!!!

Llegaron los españoles dizque a salvarlos y educarlos… “¿Pero quién descubrió a quién?”. Los taínos fueron esclavizados, sus mujeres violadas, su orgullo y honor mancillado. “¡¡¡Son dioses”!!”. Pero el “dios español” Salcedo… demostró que eran solo humanos… Sonó, sonó fuerte el tambor de guerra y anhelada “libertad”. ¡¡¡Revolución!!! Al frente su principal Cacique Agüeybaná II “El Bravo”.

Marchaba valientemente con su “guaní”,
disco dorado, blanco fácil del soldado,
que en un disparo a su vida pone fin…
Agüeybaná, Agüeybaná…
Agüeybaná, Cacique Borincano
su nombre está grabado en la eternidad

En Borinquen un genocidio en nombre de la Corona y los Reyes de España. A falta de mano de obra para el trabajo de sol a sol, comienza a llegar gente de piel oscura, de lejanas tierras, para ocupar el espacio de los habitantes originales de Borinquen. Eran esclavos, eran africanos.

Los taínos dijeron mucho vocabulario, como por ejemplo:
Guariche - mujer
Guacokio - hombre
Guakia - nosotros
Turey - cielo
Xaxabi - cotorra
Guaili - hijo
Caraya - luna
Casabi - pan
Guatiao - amigo
Baba - papá
Jeteki - 1
Yamoka - 2
Canocúm - 3
Batey - plaza

Llegaron a extinguir a los taínos, esclavizar a los negros africanos, que además de arrancarlos de sus tierras, darles una vida de golpes, desarraigo, entonces tuvieron que dejar su religión, sus creencias y para salvar sus almas se les impuso la religión católica. Solo Fray Bartolomé de las Casas fue el único que expuso la realidad del trabajo forzado, las atrocidades, el carimbo, la extinción de los nativos y el abuso con los negros. Tienen que rezar, adorar a nuestros dioses. Pero la esclavitud no borró la inventiva y continuaron con su religión, tradiciones, música, canciones…

Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba
–rumba, macumba, candombe, bámbula...
Haití te ofrece sus calabazas
fogosos rones te da Jamaica
Cuba te dice: ¡dale, mulata!
Y Puerto Rico: ¡melao, melamba!
Por la encendida calle antillana
¡¡¡va Tembandumba de la Quimbamba!!!

Así mantenían vivas sus tradiciones, su orgullo, sus raíces.

Con la mezcla de razas, nace el criollo de españoles y taínas, mulatos de negras y españoles y comenzó a fundirse el espíritu de un pueblo.

Como botín de guerra, España nos “regala” a los Estados Unidos de América luego de perder la Guerra Hispanoamericana y fuimos ultrajados por los norteamericanos en desembarco por Guánica. Porque “norteamericanos”, porque “americanos” somos todos los que habitamos en esta parte del globo terráqueo.

Si los españoles no entendieron a los taínos y los exterminaron en nombre de la Iglesia Católica y los Reyes, esclavizaron a los negros por la misma razón, para los hijos del Tío Sam, Puerto Rico era una colonia de criollos y mulatos. No entendieron y al sol de hoy todavía siguen igual, ¡¡¡nuestra cultura, idioma, orgullo y el honor de ser libre por ser boricuas!!!

Yo habito una tierra grande…
de verdadera grandeza. La que no se cuenta en millas… Porque es
grande en la nobleza de sus hijos,
citadino, campesino o estudiante…
Que es cuna de hombres sensibles, de pensadores gigantes… De Oller,
Gautier Benítez, Hostos, Campos, Coll, Betances…
…y de mujeres completes, tesoro de este linaje…

En el año 1868, Ramón Emeterio Betances, desde el destierro en la República Dominicana y luchando por la independencia de Puerto Rico, Venezuela y Cuba, propone hacer una bandera parecida a la dominicana para comenzar a darle identidad a la Patria, la cual se encarga de bordar la añasqueña Mariana “Brazo de Oro” Bracetti, la cual fue utilizada en el Grito de Lares y allí quedó respetada y adoptada en el Municipio de Lares.

No fue hasta el 22 de diciembre del 1895 en una reunión de desterrados, patriotas y su clandestinaje, que se presenta como regalo adelantado de Navidad la que pasa a ser la que hace que nuestros corazones se inflamen de orgullo, pasión, vida y emoción. Esa linda bandera, nuestros atletas, estudiantes, Miss Universo, cantantes, actores, actrices, jueces, directores, músicos, héroes, astronautas, ingenieros, científicos… Con esa linda bandera. Con un Roberto Clemente… ¡¡¡Quién no se siente patriota!!!

Nuestra bandera fue creada por el periodista manatieño Antonio Vélez Alvarado (alias Yuri), amigo del Padre de la Patria Cubana, José Martí. Vélez Alvarado comentó que en un raro momento de daltonismo mirando da bandera de Cuba, vio los colores invertidos, a lo que pensó: “…si los cubanos y puertorriqueños vamos a pelear juntos como hermanos…nada más justo que las banderas de cada patria libre sean también hermanas, con solo una ligera inversión de colores.

Hoy es la bandera oficial con la que se identifican todos los puertorriqueños de todas las ideologías políticas. Con esta el pueblo se identifica en huelgas, ferias, festivales, piquetes, desobediencia civil, camisas, gorras, artesanía, etc.

Mi bandera, nuestra bandera. La amamos y llevamos en nuestra alma y corazón

Qué bonita bandera
qué bonita bandera
qué bonita bandera
es la bandera puertorriqueña

Rojo de pasión
blanco de pureza
y en el cielo
azul…solitaria
brilla una estrella.


© 2016 LAS DIVAS


2 comentarios:

  1. Me gustaria que se profundice mas sobre este escrito de la bandera y si de verdad lo que se publica es verdaderamente creible, ya que dudo mucho que los Estados Unidos de Norte America quieran sumar la estrella de la bandera de Puerto Rico a sus 50 estrellas.
    Esperando su respuesta con mucho respeto

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    1. Saludos; este blog contiene visiones personales de diversos autores sobre los temas que se tratan. Los administradores del sitio no se hacen responsables de dichas opiniones. Gracias por su comprensión.

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