Hola,
hija mía. ¿Cómo estás? Buenos días.
Tu
carita y sonrisa me llenan de alegría
pasan los
días, te extraño, querida mía
en mis
brazos te tendría todo el día.
Mi
pequeña dibujante y amante del sonido
cómo
compartíamos en nuestro nido.
¿Te
acuerdas cuando te susurraba en el oído?
Vocales
y consonantes, ¡ay Dios mío!
Se me
derrama el alma del dolor
al no
tenerte conmigo, mi flor.
Cuánto
extraño tu dulce olor
de
blanco a negro, me pintas a color.
Te amo
más y más cada día
por ti,
yo ye doy mi vida.
Tú eres
un milagro, me decían
¡sánate
mi reinita!
Mamá
sigue aquí, luchando por ti
y
seguirá hasta el fin, no te olvides de mí.
© 2016
MENID
No hay comentarios:
Publicar un comentario