“¡Tengo sed!”, grito sin que haya eco.
No tocan mis manos el milagro
que pondrá final a mi desespero
solo saboreo locura y lamento.
(Al fin...)
Mis labios se humedecen
la ansiedad se desvanece
un fino suspiro emerge
mi piel se estremece.
©2015 PUERTO LUNA
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