CIUDAD
La ciudad está llena de muchos edificios,
gente, automóviles entre otros, los cuales a veces suelen ser incómodos. Pero a
pesar de ser ruidosa tiene su lado bello; las estructuras altas y hermosas,
algunas pequeñas y frágiles. Muy pocas veces escuchas el canto de los gallos,
pájaros, etc. Por tal razón, cada vez que escuchas uno, es una bendición. En
ocasiones es muy difícil acostumbrarse a la ciudad cuando vienes del campo como
yo. En el campo sólo escuchas el reír de los niños, el cantar de los pájaros, el
“coquí-coquí” de los coquíes y el aire fresco azotando los árboles bellos y
saludables. Al estar en la ciudad sólo escucharás el “rum” de los autos y la gente
gritando. En fin, estés donde estés, el lugar lo formas tú a tu gusto; tan sólo
imagínalo.
CIUDAD…
Los sonidos de la ciudad son ruidos: el
de los carros, el camión de la basura, el carro de los bomberos, la sirena de
las ambulancias, la bocina del carro de la policía, etc. Los centros
comerciales, las diferentes tiendas, los restaurantes, fast food, etc. Los centros de salud, los hospitales, farmacias,
servidores públicos. Mucho tráfico, sobrepoblación. Trabajo en todo el sentido
de la palabra y la contaminación que se está comiendo nuestro ambiente. Todo el
estrés por el estilo de vida; las personas ya no tienen valores, nadie se
preocupa por nadie. Existe la privacidad y la libertad en su máxima expresión.
LA CIUDAD
En la ciudad hay de todo. Me encanta caminar porque puedo ver y
disfrutar el panorama,
sus colores y la brisa. También me gusta subir a un lugar alto
donde se pueda ver toda la
ciudad tanto de día como de noche, porque se ve la ciudad
iluminada. ¡Qué linda es mi
ciudad!
LA CIUDAD: WELCOME TO THE JUNGLE
La ciudad es pesada. Una jungla de cemento,
llena de autos, edificios y muchas personas, que la mayoría se ven indiferentes
a lo cotidiano; parecen como robots que van de un lado a otro. La ciudad también
tiene sus comodidades y beneficios.
LA CIUDAD
La ciudad vista desde el aire debe
parecerse a un tablero de transistores y chips que tienen los artefactos
electrónicos. En el siglo XIX las ciudades eran centros de alta suciedad,
hacinamiento, focos de enfermedades infecciosas y explotación laboral. En el
siglo XXI son tarjetas postales que prometen una vida de abundancia, seguridad
y bienestar. Son la ilusión de un orden establecido, disimuladamente impuesto, que
crea una domesticación en masa. En la ciudad, los marginados no son protagonistas
de ese sueño urbano.
©2013 ¡ESTAMOS LISTAS!
LETRAS VIVAS
29 de octubre de 2013
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