Sólo una. La misma. La luna es el lado
romántico de Dios. A Júpiter le concedió 17 lunas. A nosotros, sólo una. Luna
única a la que poetas, románticos, filósofos, hechiceros y brujas le han pedido
desde hace miles de años con sus conjuros, promesas, maldiciones y ruegos.
Las mareas le obedecen cuando sale
esplendorosa. Lo salvaje se despeina dentro de nosotros y las mujeres
menstruamos al paso de ella.
Cuando el 20 de julio de 1969 ocurrió el
alunizaje por la NASA, yo tenía seis años. Ese fue mi primer encuentro
existencial con la luna. Me pasaba las noches observándola hasta que, en mi
mirada de niña romántica, logré ver la bandera que allí dejaron los humanos.
Desde entonces, yo poseo en mi corazón esa única luna para vivir como lunática,
por fases, ocultándome, interponiéndome entre el dios sol y coqueteando con las
estrellas.
©2013 PUERTO LUNA
LETRAS VIVAS
5 de noviembre de 2013
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