jueves, 19 de diciembre de 2013

LOS SEIS TRAYECTOS DE CAROLINA

Primer trayecto:

Carolina lleva el sol abrazado en el pequeño bulto que aprieta contra el pecho. No le importa que el carro se sacuda de un lado al otro y que nadie diga ni una sola palabra; ella lo lleva bien protegido, pues el sol lleva todos sus recuerdos e inspiraciones. Sol, querido sol, no te preocupes, pues en mis brazos estás bien acurrucadito. Eres mi consentido porque sólo tú me llenas de emociones; te abrazo con la vida mientras me sigues llenando de ilusiones.


Segundo trayecto:

Carolina lleva el sol abrazado en el pequeño bulto que aprieta contra el pecho. No le importa que el carro se sacuda de un lado al otro y que nadie diga ni una sola palabra. El camino sigue siendo largo y aunque se desespera, todos los demás siguen callados. Una persona pone un poquito de música, pero Carolina está desesperada, loca por llegar y bajarse del carro para poder divertirse.


Tercer trayecto:

Carolina lleva el sol abrazado en el pequeño bulto que aprieta contra el pecho. No le importa que el carro se sacuda de un lado al otro y que nadie diga ni una sola palabra. Tras el hecho de su ajetreo, ella lucha por conservar la calma; toma un fuerte respiro y continúa su camino. Carolina, una mujer hermosa, que con su alegría contagia risas que motivan a amar la vida. Ella danza al ritmo de una tambora, moviendo las caderas con sabor afro que cautiva la mirada de todos. Ella es Carolina.


Cuarto trayecto:

Carolina lleva el sol abrazado en el pequeño bulto que aprieta contra el pecho. No le importa que el carro se sacuda de un lado al otro y que nadie diga ni una sola palabra del desorden que lleva su vida. Se encuentra siempre embriagada, pues nada tiene sentido para ella. Es soñadora, como niña que juega a esconderse de su propio destino. ¡Oh, pobre Carolina, que no pone pauta a su desdicha!


Quinto trayecto:

Carolina lleva el sol abrazado en el pequeño bulto que aprieta contra el pecho. No le importa que el carro se sacuda de un lado al otro y que nadie diga ni una sola palabra. Con el ambiente lleno de tristeza van de camino al entierro de un ser querido que a su vez nunca podrían olvidar. Hoy el sol llora junto a esta pequeña, pues su madre ya está yaciendo junto a las estrellas. Ella la protege y la cuida.


Sexto trayecto:

Carolina lleva el sol abrazado en el pequeño bulto que aprieta contra el pecho. No le importa que el carro se sacuda de un lado al otro y que nadie diga ni una sola palabra. Sólo importa llegar al destino que Carolina espera. El sol atado a su pecho, podemos entender que son sus sueños, sus pertenencias; todo lo que es su esencia. Luego de todas las pruebas que ha pasado, el riesgo que ha tomado al decidir tomar su sueños y las riendas de su vida, qué sería uno que otro tropezón más. Si al llegar a su destino todo quedaría en el pasado; con muchas experiencias para no cometer los mismos errores, pero llena de fuerzas para su nueva vida.



©2013 PALO GRIS
LETRAS VIVAS
12 de diciembre de 2013


1 comentario:

  1. Los golpes de la vida sacuden nuestros esquemas, pero son a veces fuerzas indómitas que nos empujan casi sobrenaturalmente a avanzar y nos hacen mejores de lo que éramos, sin necesidad de renunciar a lo que fuimos. Me pregunto, en qué momento de la vida dejamos de ser Carolina? Y por qué? La vida es seguramente más sencilla de lo que queremos creer, sin embargo ocupamos el 90% de la vida complicándonosla y el 10% restanto echándole la culpa a los demás. Y así, la vida pasa y se va: trayectos para no movernos del lugar.
    Hermoso cuento. Felicidades Patricia Schaefer Röder. Gracias por compartir.

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