sábado, 28 de septiembre de 2013

EL CANTO DEL GALLO


Como cada mañana, se escuchaba cantar al gallo a lo lejos.
—Me gusta mucho el canto del gallo; es el precursor de los amaneceres fríos en la época navideña.
—A mí no. Para mí, el gallo anuncia una traición o la llegada de la menstruación.
—Ay, no digas eso. En el campo donde vivo, se oye su canto por las mañanas como gritando: “Me gusta vivir, me gusta vivir, la, la, la, la, la…”.
—Puede ser, pero este pobre gallo no sabe qué le espera.
—No sé de qué hablas. El gallo sabe que siempre hay un nuevo amanecer y una nueva oportunidad de comenzar.
—Así es, al menos para él, ya que a las 2:00 de la mañana se quedó viudo por el “sopón” de su compañera, que dio paso al festejo.
Algo presentía el gallo, casi muriendo de espanto al percibir el aroma de su amada mezclado con el olor a especias y agua hirviendo. Entonces, en medio del sarao, ideó su venganza. El resentimiento le apretó el pecho de tal forma que cantó estrepitosamente, despertando a todo el vecindario. Pero era tan puro, que no podía hacerle mal a nadie. El gallo cantó y cantó con todas sus fuerzas. Y fue tan bello su canto, que todo el vecindario tarareó: la, la, la, la, la…

©2013 ¡ESTAMOS LISTAS! 
LETRAS VIVAS
24 de septiembre de 2013 

 

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