Me gustan las fiestas de besos. Recordar
es vivir. Hoy amanecí traviesa y enamorada.
¡Guao! Qué bello es el pompis de mi
amado. Me gusta que mi pareja se deje querer, besarle el cuello.
En tres ocasiones diferentes conocí a
tres hombres que me dijeron que en un mes habían sido más besados y mimados que
en todos sus años de vida. Que habían dormido más cómodos en mi cuerpo que en
el de cualquier otra persona. Me gusta, me gusta… Aunque digan que no, a ellos
les gusta. No se dan cuenta de que son como los niños; les gusta sentirse
amados. “Eres buena, por eso te quiero y respeto. ¡Anda, sígueme amando!”.
©2014 SABIDURÍA EN LETRAS
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