Antes de llegar aquí, hubo momentos en los que sentía que yo
no era nadie, que no podría lograr nada. Hoy me sorprendo a mí misma logrando
todo lo que me propongo. Vivo y río con libertad. Cuando me lo propuse, logré
ver que las peleas no serían eternas que sólo yo podía acabarlas. Cuando creí
que pasar mis exámenes era imposible, hoy me sorprendo; con el apoyo de las
profesionales, los he pasado. ¡Que nadie podía amarme! ¡Que mi tristeza era
eterna! Mi vida cambió en un instante cuando pensé “Yo soy importante. Jehová
Dios me ama; yo voy a recibir su amor. Voy a dejarme guiar a través de sus
ángeles. Ellos nos esperan con los brazos abiertos y tienen todas las herramientas
necesarias, la primera es el amor al prójimo. Nunca pierdas de vista la meta
que quieras alcanzar. Si el camino es largo, no te detengas. Ve despacio, no
temas avanzar, no mires hacia atrás, que no sea sóalo para ver lo lejo que
estás”. Cuando tocas a la puerta del albergue, se te quitan los miedos. Sabes
que se puede; hay que tener actitud, perseverancia y disposición. ¿Habré yo logrando
esos tres atributos?…Sí.
©2014 SABIDURÍA EN LETRAS
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