Sentí ser una flor cuando
salí del horror en que vivía, pero qué rápido me di cuenta de que siempre he
sido el monstruo de la película. Por más que corría nunca podía, ni podré
llegar a ser flor. A lo mejor cuando parta de esta vida tenga esa dicha de ser
bella, olorosa y poder dejar que la brisa me lleve hacia los lados. Pero sé que
también con el tiempo me cortarán o se me caerán los pétalos, así que de nada
me sirve a veces pensar tanto si siempre nos depara lo mismo la muerte. Por qué
siempre tanto sufrir si al final llegará la felicidad.
©2014 SABIDURÍA EN LETRAS
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