Me emocioné mucho al ver a mi amiga en la puerta. Mi amiga está sonriendo.
Sonríe porque está feliz y se acuerda de cosas pícaras de su niñez. Sonreír y
estar feliz son sinónimos y son atractivos para recordar sucesos. La había extrañado
tanto. Hoy su sonrisa me trae alegría. Al verla, la abracé fuertemente y le
dejé saber cuanto la quería.
Amiga querida, nunca se te olvida, gracias por estar aquí. Amiga,
gracias por ser mi amiga. La amistad es un valor que me permite vivir en el
cielo todos los días. La amistad me ayuda a conocer antes que confiar, así uno
aprende a estudiar las personas y al final sabe quién de verdad es amigo. Te
quiero mucho. Eres lo mejor que me ha pasado. Cuando te conocí, me sentí feliz
al convertirme en una amiga para ti. Porque Dios siempre envía a alguien para
no estar solo. Ven más a menudo, amiga.
© 2015 ESCRIBIENDO CON FORTALEZA EN LA VIDA
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