El desorden
En el principio fue el caos.
Oscuridad.
Confusión.
Silencio.
Incertidumbre.
A cada etapa de desarrollo humano, le antecede un periodo de cambios disfrazados de desorden.
Malestar.
Conflictos.
Desánimo.
Desorientación.
Cuando los niños juegan, los adultos suelen ver desorden; regueros por todos lados.
Ansiedad.
Tropiezos.
Cansancio.
Desaire.
Cuando acontece un fenómeno natural, le sigue una estela de desorden.
Pérdidas.
Parálisis.
Coraje.
Asfixia.
Cuando yo creo con mis manos, el desorden es requisito.
Dudas.
Lentitud.
Pedazos.
Contratiempos.
El desorden forma parte de nuestro día a día. Es sustantivo necesario para nuestra evolución. Todo aprendizaje saboreado, toda fortaleza amasada y toda confianza vestida durante el orden, nos prepara para dar paso al desorden como el relámpago que ilumina la noche.
PUERTO LUNA©2022
Mi amiga Esperanza
Mi amiga Esperanza está triste. Tiene un problema grande. Me la encontré en la calle y me lo contó todo. Su hijo de 17 años preñó a su novia de 16 años y los padres de esta aún no lo saben.
Yo le dije: “Dios mío, tú no me digas algo así. Ay,mija, tremendo lío que se han buscado y te han regala’o esos condena‘os muchachos. Créeme que te compadezco. Pero sabes qué, no serán los primeros ni serán los últimos adolescentes con este rollo de nueve meses. Eso sí: lo que hicieron como locos, tienen que enfrentarlos como cuerdos.
Me parece que necesitas hablar para que puedas aclarar y relajarte un poco. Te invito almorzar. ¿Quieres? ¿Puedes ahora? ¡Ay, que bueno! Ya verás que hay solución para todo y será tu nombre quien reine en esta situación familiar. ¿A dónde quieres almorzar, amiga?
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Cambio de planes
Hoy tenía planeado ir con mis amigas a la playa. Ya lo tenía todo listo cuando comenzó a llover muy fuerte. Mis amigas me llamaron y me dijeron que la tormenta duraría todo el día. Así que ¡bajé todos los santos del cielo! ¡Mierda, después que estuve la noche adobando las presas de pollo para asar en el BBQ! ¡Qué chavienda! A nadie se le ocurrió ver a Ada Monzón.
Bueno, de algo estoy segura: no voy a congelar esa carne. Ahorita se va la luz y las pierdo. Voy a hacer ahora mismo un arroz con pollo, habichuelas guisadas y ensalada para que las chicas almuercen aquí antes que empeore el tiempo. Así nos vemos un ratito y disfrutamos juntas antes de la tormenta. Hoy no se pierde nada.
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Diversión en casa
Cuando yo era pequeña y no podía salir afuera, yo veía muñequitos en la televisión; en especial, los Picapiedras. Leía cuentos, pasquines o coloreaba en los libros de pintar. Jugaba con mis hermanos juegos de mesa, tales como parchís y monopolio. Si no, hacíamos competencias con los yoyos Duncan, los trompos Wizards o los Hot Wheels. Prendíamos una lámpara y tendíamos una sábana para hacer figuras con las sombras. Hacíamos burbujas mezclando jabón de fregar con agua sin que mi mamá se enterara. Lo más activo que realizábamos era jugar a los Titanes del Ring (lucha libre sobre la cama) o nos amarrábamos toallas en el cuello a manera de capas de superhéroes, y salvábamos el mundo.
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