lunes, 14 de abril de 2014

MARZO PRECIOSO


Todavía siento en mi cuerpo su fragancia. Entre mi pecho pasaron ellas la noche, como un ramillete de rosas hermosas. Así son mis hijas para mí.

El olor de mi amado. “¡Corre, ahí viene!”. Miraré por la ventana fijamente para ver su llegada.

En el mundo hay tanta hambre de respeto, amor, valores y justicia.

Cuando dos pobres se casan, se cambian los nombres a Miseria con Necesidad.


©2014 SABIDURÍA EN LETRAS


SI ESTA MESA HABLARA…


Esta mesa donde estamos sentadas representa mucho para mí. Es lo más importante en un hogar. Me gustaría tener una mesa como esta para poner en ella la libreta donde escribo, la Biblia y una tacita de café. Esta mesa quedará en mis recuerdos, así como las compañeras que la hemos compartido.

Esta mesa está llena de emociones encontradas. Todas las que estamos aquí tenemos un propósito en común: acabar con el maltrato. Esta mesa es grande, con muchas sillas; está buena para un banquete, para alimentar a los necesitados. Qué mesa tan linda. Ella tiene su historia y quienes la usamos le contamos las nuestras, pues ella sabe guardar secretos.

Necesitamos una mesa para compartir los alimentos, dar apoyo, un consejo. Las mesas tienen múltiples usos. En una mesa se toman muchas decisiones.


©2014 SABIDURÍA EN LETRAS


LAS MUJERES MÁS ODIADAS DEL MUNDO


Quiero hacer honor a las mujeres más odiadas del mundo. Para mí, eran buenas.

Quiero en este mes de marzo honrar a tres mujeres que fueron especiales en mi vida. Tres pilares en mi niñez; ellas sí me creían cuando yo les decía algo. A pesar de muertas, siguen vivas en mi mente y corazón. Ellas siempre me decían “tú eres una niña buena”. Esas palabras me daban seguridad.

Fue pasando el tiempo y me decían “tú eres buena”. Llegué a la madurez y no sólo la gente de mi pueblo, sino todo el que me conocía decía “ella es buena”. “Cuando la hija de fulana venga, voy a pedirle ayuda. Ella es buena, sé que me ayudará”. Vecinos, amigos, jóvenes, viejitos y niños seguían diciendo lo mismo.

Esas mujeres sembraron en mí un sentido de humanidad y un espíritu de caridad. Ellas no sólo hicieron un huequito en sus casas para mí, su niña buena; ellas abrieron sus corazones grandes como el cielo y me clavaron en ellos, como yo las clavé en el mío. ¿Y los hijos y familiares de esas mujeres, dónde están? Clavados en mi corazón; ¡a todos los siento míos, míos!

¿Pero quiénes son esas mujeres? Las madrastras. Mis madrastras. Anhelo volver a verlas para que me den ese abrazo fortalecedor y vean que su niña es una mujer buena. Honor a quien honor merece.

Hasta después de muertas me han protegido. Un 29 de octubre de 1996 el oficial de emigración me dijo: “Señora, venga el 2 de noviembre a buscar una visa por 10 años. Es un regalo de alguien para usted”. “Gracias”, le contesté. ¿Quiénes podían entrelazar esos tres corazones ante Dios? Mis madrastras, el 2 de noviembre, Día de los Muertos.


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LA CAJA


Se nace de ella, y cuando se muere, se va a ella.

Cuando niña, aprendí a hacer cajas. Nunca pensé que en mi futuro viviría de ellas. Las hago de todo tipo, pues cada persona la usa con distinto propósito. Se puede poner dentro un regalo o se pueden guardar cosas. Hay cajas llenas de vida, de recuerdos, como cuando se esconden cartas con cosas secretas que alguien te escribe y tú las guardas. Hay cajas de sorpresas. Otras de cristal, donde todo está al desnudo. Tenemos una caja llena de recuerdos, la memoria.

Mi nieto nunca ha olvidado una foto en la que está jugando con una caja cuando su mamá tuvo que dejármelo. Lo puse dentro de una caja grande para yo poder trabajar como lo hacía, con las cajas. Nunca extrañó a su mamá, nunca me dio problemas. “Abui, quiero un regalo”, me dijo. “¿Qué quieres?”. “Una caja”. Se la enviaré a Louisiana.

Comenzamos la vida en una caja, el útero de nuestra madre. Y terminamos la vida en un ataúd, que también es una caja.


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SABIDURÍA EN LETRAS


Las uvas son sabrosas y dan fortaleza, pero el cariño me da alegría y felicidad.

El buen sentimiento da vida y hace reír, pero el amor te hace sonreír.

El camino, la verde pradera, ese árbol lleno de pajarillos, me recuerdan a los enamorados. Todo lo ven hermoso, es el amor.

La paciencia es una virtud, no tengo ansiedad. No temo avanzar, pues tengo la esperanza de ver la luz al final del camino.


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domingo, 13 de abril de 2014

EN EL CAMPO


Era el año 2010, en Puerto Rico. Tenía a mi inquilina y amiga argentina. Nos juramos ser una familia. Llevaba diez años en mi casa. Yo decidí comprar una finca. Nos íbamos del pueblo para el campo. Lo primero que hice fue acomodar un apartamento para mi amiga y hermana, no quise enseñárselo hasta que no estuviera prolijito*, como ella decía, con su tachito**.

Ella llegó un día de su trabajo para ver su nuevo hogar. Yo no estaba. Ella entró a la finca, fue a su puerta, vio una gallina de palo*** que no la dejó entrar. Ella pegó a gritar, pero en vez de correr para la calle, corrió para el monte. ¡Pobre amiga! Cuando llegué, tuve que internarme en el monte como con siete personas para poder sacarla por otra calle. Tenía como cinco gallinas de palo a su alrededor. Mi amiga, que gracias a Dios era bien flaca, se me subió a caballito. Yo estuve una semana en el hospital. Ella no volvió más nunca a ese campo, se fue a vivir a San Juan.


* prolijito: se usa en Argentina para referirse a algo que está bien hecho, bonito, limpio.
** tachito: se usa en Argentina para designar el cubo de la basura.
*** gallina de palo: en el Caribe hispano, iguana.


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EL CAMINO

No quiero recordar ni pensar en eso.

Un camino me recuerda a mi madre que ya no está. Cuando era niña, todos los días miraba ese camino, esperando ver la imagen de una mujer alta, trigueña, con un pañuelo amarrado de la cabeza hacia el cuello, cubriéndose del sol. Imagen que nunca llegaba. Yo corrí muchos caminos para ganar una moneda y llevarle un regalo a mi madre. Luego corría más aprisa para darle la moneda y que ella lo comprara. Cuando llegaba, era tarde. Como siempre, me engañaba. Decía “vengo el sábado, me voy a las cuatro” y se iba a las dos, y yo de vuelta por ese camino.

Una niña triste iba llorando, sin esperanza de cuándo vería a su madre. ¡Pero esas monedas la hicieron pensar! “Las voy a guardar, para cuando sea grande ir a ver a mi mamá, y nunca la voy a engañar”. Ya era una joven y había tomado una decisión: esa señora no será más mi madre; será mi amiga. Sólo el día de su muerte no fui a verla. Quiero recordar a mi amiga como el último día que corrí el camino, pero en barco, para volver a verla.


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EL FALSO SUEÑO


Corría el año 90 cuando a mi amiga y vecina de República Dominicana le vendieron un sueño falso.
“Vecina, vecina, levántese que vamos a cambiar de vida”. Me cuenta que su sobrino, el cual ella crió, trabaja en una agencia de viajes y que el dueño consigue contratos de trabajo en el extranjero; sólo hay que comprarle el pasaje a él.
Le contesto: “Vecina, yo veo eso muy fácil, no me convence”. Pero mi vecina y amiga dejó cuatro hijos, casa, colmado, un buen trabajo de secretaria en la lotería y decía “Me voy, me saqué la lotería”. Más nunca supe de ella.

Corría el año 93. Una hermana mía me vendió el mismo sueño.
“Por $5000 te vas a Panamá por tres meses, vas a ganar $300 semanales”. Y caí.
Llegué al aeropuerto de Panamá a la 1:00 am. No había nadie. A las 2:30 am llamo. “Mejor cojo un taxi; será que esa mujer está durmiendo”. Estaba yo muy elegante, con tacos, moño. La taxista preguntó: “¿Pero a qué dirección va usted?”. Entonces me di cuenta de que fui engañada.
Cuando me bajé del taxi lo primero que observé fue un vestido bien ramiado* en una esquina de la calle principal. Venía corriendo hacia mí y su pregunta entre llanto era: “¿Vecina qué usted hace aquí?”. Fue algo terrible; era mi amiga. Me orientó de lo que había, lo que mi hermana hacía. “Usted no se va a quedar aquí; regresará con el mismo pasaje que vino. No quiero que le pase lo mismo que a mí”.


* ramiado: lleno de ramas; se refiere al estampado de ramas verdes de la tela.


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LA CASA


Mi casa está aquí pero está allá. Aquí porque es donde yo vivo y duermo. Llena de girasoles porque es mi flor favorita. ¿Y por qué allá? Porque es donde llego y está mi mamá, llena de bellas arrugas y hermosas canas. Es donde está mi hogar, porque está mamá. Y en esa casa crecí, llena de experiencias y rodeada de rosas por aquí, por allá. Y donde mis hijos van y no quieren regresar.

Mi casa dónde está, será aquí o será allá. Pintada del color que le encanta a mamá. Construida con amor, lágrimas y sueños. Qué mucho trabajaron papá y mamá para ese sueño alcanzar, y de aquella casa que era de durotex ahora no queda “na”. Cuántos sacrificios para una familia levantar en la casa que construyó papá. Llena de ventanas, de cuatro puertas para entrar y salir. De tres cuartos, que antes eran dos, a seis hijos abrigó. Mi casa, la casa de mamá, que ahora vacía está. Y ella, llena de arrugas espera que esos hijos, nietos, bisnietos la vayan a abrazar y besar en esa casa que siempre será mi hogar.


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LA MESA


Esta mesa está llena de emociones encontradas.
Todas las que estamos aquí sentadas tenemos un mismo propósito: dejar de ser maltratadas.

Esa mesa es grande, con muchas sillas. Está buena para un banquete, para alimentar a los pobres o hambrientos. En ella cabe mucha gente.

Qué linda está la mesa.
Ella tiene su historia y las que la usamos le contamos las nuestras. Ella no habla.

Necesitamos una mesa para compartir los alimentos.
Apoyarnos para escribir.
En una mesa se plancha, se lava.
En la mesa se toman muchas decisiones.

Es una amiga sincera.
Tú puedes hablar de todo en ella.
Esta mesa es mi confidente.
Nunca dice lo que tú le cuentas.


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LA FLOR


Sentí ser una flor cuando salí del horror en que vivía, pero qué rápido me di cuenta de que siempre he sido el monstruo de la película. Por más que corría nunca podía, ni podré llegar a ser flor. A lo mejor cuando parta de esta vida tenga esa dicha de ser bella, olorosa y poder dejar que la brisa me lleve hacia los lados. Pero sé que también con el tiempo me cortarán o se me caerán los pétalos, así que de nada me sirve a veces pensar tanto si siempre nos depara lo mismo la muerte. Por qué siempre tanto sufrir si al final llegará la felicidad.


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TEMPRANITO EN LA MAÑANA


Esposo:           ¡Mira! Eres hermoso, fiel compañero mío.

Hijas, amigas:  Si no lo sabes por ti misma, yo te lo digo: eres hermosísima.

Déjate querer:  Bésame. Él, con los besos de su boca. Esas expresiones de cariño son mejores que el vino.

Amado mío:     Atráeme contigo, corramos juntos al cuarto interior de nuestros corazones.

Segura:            Una negra soy, pero grata a tus ojos, amado mío. Hasta el sol se detiene a verme.

Enamorada:     Infórmame, sí, a quién ama tu alma, novio mío.

Romántica:      Tú simplemente eres para mí un azafrán costanero.
Un azafrán costanero.
Un lirio en la llanura.
Como un manzano entre los bosques.
Deseo apasionadamente sentarme a observarte.


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martes, 1 de abril de 2014

EL FIN DE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA


Terminará cuando sea hombre o mujer. No permitamos el maltrato.

Tenemos que aprender a identificar el perfil del maltratante. Los maltratantes manifiestan 2 personalidades.
¡Hay que ver lo bien que la trata! Furia y por costumbre, descarga su ira contra su esposa(o).

¿Por qué siguen juntos?
Temor, miedo, familia, culpabilidad, vergüenza, esperanzas, asuntos esconómicos, costumbres.

El maltrato no nace de la boca, sino del corazón. El lenguaje ofensivo o maltrato verbal hace más daño que los golpes.


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EL PUENTE


El puente facilita que las personas puedan acercarse cuando algo las separa. Soy un puente. Soy un mediador. Tal vez nos preguntan ¿será un puente tan necesario? Recuerda que tú eres el puente en tu familia, escuela, amistades, comunidad. Cuídate. Compañera, vamos a cruzar ese puente, usted y yo entrelazadas con Dios para que sea triple cuerda que nadie pueda romper.


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